terça-feira, 21 de maio de 2013

Y todo el norte estuvo al sur


Entre los días 13 y 16 de mayo Montevideo estuvo de fiesta. Cantautores de toda Latinoamérica nos brindaron con el gran placer de su presencia y su talento.


Una inmensa ola de música y actualidad inundó a las salas de la ciudad. Los recitales se desarrollaron en el centro (Sala Zitarrosa) y en los barrios (Centro Cultural Goes, La Experimental de Malvín, Sala Florencio Sánchez del Cerro y Complejo Cultural Sacude en Casavalle) todos con entrada libre.

Estar en ese festival ha sido como darse una vuelta por  Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, República Dominicana,.Venezuela y Uruguay en tres noches inolvidables, disfrutando de los diferentes acentos y de la deliciosa sensación de sentirse parte de un conjunto más amplio de identidades y culturas.


Se decían y cantaban temas que revientan entre lo virtual y lo real, o ambos a la vez, ya que no se sabe donde acaba uno y empieza el otro. Entre lo efímero del amor y lo efectivo de la realidad, se mezclaban los sonidos, percusiones e historias. Una marejada de cultura que invadía las salas y su publico.

Compartir momentos con tantos hermanos de Latinoamérica nos recuerda la fuerza y el valor de nuestra raíz,  de lo que somos y del tiempo que nos toca vivir. 

Es hermoso ver cómo esos jóvenes rescatan su historia, su pasado, los rasgos de los tantos pueblos que constituyen nuestra raza, y traen al margen ideales que se mezclan a la cultura global y cibernética, dejando la clara idea de que los valores no se corrompen con el tiempo, es más se  suman y multiplican.

El encuentro nos hace pensar más sobre magnifica fuerza que tienen nuestros pueblos, nos hace zambullir en un poderoso manantial de esperanza, ya que nos damos cuenta de que no hemos perdido la voz, no hemos perdido el norte y que sí, el norte esta vez estuvo al sur, rescatando la fuerza de una historia que para nada se ha segmentado, más bien, se multiplica y se hace notar!

Texto e imágenes: Natalia Bruzzone

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